jueves, 2 de septiembre de 2010

Alta cocina Angelillo- Arcaz

















Alta cocina Angelillo- Arcaz en CEL.
Hoy: Flores de calabacín.

Nuestra patria latina envuelta una vez más en el dornajo de la pobreza es atacada en su estomago con la indigestión de la alta cocina de unos cocineros de aspecto semítico.
Venidos de las tierras del norte repletos de pijería, estupidez, fanforronería, pedantería, intelectualismo, y lo que es peor, dispuestos a hacerse ricos.
Hablan en el circo mediático de fogones de alta tecnología. Se autodefinen como artistas, sabios, científicos, aristócratas, altos empresarios, catedráticos...
Nadie en éste mundo, ni el mismísimo Angelillo se ha a atrevido a autodefinirse con tantos sustantivos como esta corte esperpéntica de cocineros eufóricos adictos a los aires de grandeza. Parece que salgan del Versalles de Luis XVI y quieran hacer la revolución para coronarse como reyes absolutos.
!Cuidado, el día menos pensado dan un golpe de estado, nos obligaran a comer sus flameados y a estudiar alta cocina!
Angelillo les reconoce a Arcaz y compañía el merito del marketing, de la palabra vacía, de las habilidades cirquenses de sacarse de la chistera postres cocinados con nitrógeno liquido, que asombran a las marujas que ven la televisión acompañadas de sus hijas vestidas de lolitas y que nunca ni los podrán hacer, ni podrán comprar por basarse su alimentación en productos envasados del mercadona, cocinados con petroleo y aditivos corrosivos, pero baratos, capaces de alimentar el estomago del aguerrido proletario íbero.
Frente a estos esotéricos cocineros, desde los campos de CEL Angelillo prepara recetas cercanas a su amado pueblo hambriento.
Hoy inauguraremos frente la artillería nitrogenosa de Arcaz y Guilillano, una receta basada en flores.
Las flores no sirven solo para dárselas a nuestras chicas que tanto queremos, si no para comérnoslas.
Y la mujer que nos quiera de verdad, lo que deseará es cuando le regalemos las flores ponerlas inmediatamente en aceite para cocinarlas como muestra de su infinito e imperecedero amor hacia nosotros.
Las flores de calabacín son una flores exquisitas en sabor, incluso gentes de paladar de acero como Angelillo aprecian su sabor y sus bondades nutritivas.
Como en la cocina las complicaciones deben ser la mínimas ésta receta es sencilla, a diferencia de las recetas de flores de calabacín que hacen los italianos, donde Angelillo en dichas tierras las comió por primera vez.
Nosotros lo que haremos será coger las flores de CEL, donde sabemos que están exentas de productos tóxicos y viven las calabaceras en las más absoluta gloria, alegría y satisfacción.
Con 5 serán suficientes para cada persona.
Tras lavarnos las manos convenientemente y ponernos el gorro de cocina pertinente, nos pondremos a trabajar duramente en la receta.
Se cogerán dos huevos y se batirán, luego al batido se pondrá pan rallado y se batirá de nuevo.
Con un pincel o con la mano se reboza la flor de calabacín con el huevo y pan rallado, se fríe unos minutos a fuego lento, y se come.
Bon apetit.

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