A Ricardo, de la federación de Sagunto, compañero
infatigable en las asambleas de desempleados de la CGT donde nos conocimos y
participamos desde el principio de la crisis, un accidente de moto te ha apeado
muy pronto de este mundo, cuando quedaba tanto por hacer.
Hay un quejido interminable,
A uno y otro lado,
en esta tierra que
pisamos,
Una sombra de pozo
persigue nuestros pasos,
para hundirnos dentro de nuestros zapatos.
Una pegatina se
arranca
Para ponerla en un sobre
Con una fecha de asamblea.
Nos conocimos para ir todos juntos,
A derribar los muros del sistema.
Un trabajo colectivo,
que no llegó de mandato divino,
Sino de una decisión de
asamblea.
Pero no pensamos nadie del colectivo,
Que tanto sufrimiento
personal ,
sería un ariete contra nosotros.
Los equipos perecen bajo los golpes
Y la grieta de todos los bandos
A uno y otro lado del sistema
se hace más grande
con cada muerto.
Las murallas tiemblan
de pena
Y hay quien piensa que dentro del corazón,
Quizás se puede hacer
algo,
Para que se abran las puertas,
Angelillo de Uixó.
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