jueves, 13 de junio de 2019

Los suspendidos de angelillo de Uixó



Este es el encuentro con el examen,
junto al jardín de la huerta.
Hemos eregido una cruz de hierro,
para sobrellevarlo.
!Ay, nuestras cabezas están llenas de paja!
Nuestro futuro es un grito desesperado,
entre rosales, chopos  y maceteros.
Reunidos en modo examen en el aula,
parecemos perdidos.
La profesora pasea entre nosotros como un alma en pena.
Somos como rocas que tiemblan bajo el agua.
La corriente pasa sobre nuestras cabezas.
Nos arrastramos sobre nuestras emociones marchitas.
Sentimos el papel como un cuchillo,
deslizándose  por nuestro cuerpo.
EL sol entra por la ventana cuando alguien abre las cortinas.
Su claridad es violenta y ciega nuestros ojos.
Las oraciones se vuelven confusas,
y todas las respuestas parecen falsas.
No paramos de escribir a cada pregunta:
!Falso, falso, falso!!
La profesora nos mira con horror,
mientras nuestros ojos se vuelven hacia la Cruz
y susurramos una oración de salvación:
! Señor, ten piedad de nosotros,
la vida no es un examen!
Angelillo de Uixó.
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