En el rincón de Montesinos, en Vall d´Uixó, un paraje de los más hermosos de Vall d´uixó entre un estrecho barranco, y que serpentea junto una colina calcárea que corona la ermita de San Antonio, es uno de los rincones de los más olvidados de las rutas turísticas de un municipio con una pésima gestión territorial y medio ambiental. Está sucio, lleno de plásticos, colchones, ruedas, y que amenaza el día que arda con crear una nube negra del petroleo por los plásticos. Entre sus olivos moribundos, almendros, trincheras de la guerra civil, casetas como las de San Antonio, polvorines de la guerra civil... se encuentra el árbol del ahorcado. Se trata de un algarrobo que debería ser declarado monumental y curado de sus heridas. Yo he limpiado el árbol y lo he despejado de lianas estranguladoras, y lo llevó mal podando durante años. No tengo las herramientas necesaria para troncos tan grandes.Necesita también fungicidas, pues tiene hongos. Sería necesario un tratamiento de azufre.
En este árbol tan importante para mí y para algunos vecinos, es donde le he cantado al último muerto del Cies de Zapadores, Marouane. Pues hay una conexión entre él, y yo, y este árbol, y seguro que con vosotros.
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