miércoles, 11 de noviembre de 2015

Así escuché hoy a Zaratustra en mi comuna.










Así escuché hoy a Zaratustra en mi comuna
I.
La propia reforma del mercado local de vall d”uixó concentraba gran cantidad de gente en su plaza que seguían con la mirada perdida los gestos, los movimientos sin forma concreta de los trabajadores subidos a un andamio que parecían caracoles apoyados a una pared en la que babeaban yeso dejando un surco blanco  vertical que daba tranquilidad a las voces de todos aquellos seres atestados que deambulaban ociosos como hombres de paja alrededor de la plaza del mercado. Mencionaban que la economía, por haber inversión en la rehabilitación del mercado era una gran señal de recuperación. A estos que escuché a mi alrededor cuando me mezcle entre ellos, si podía verles los rostros.
  cuando el sol me iluminó por la mañana y contemplé mis campos labrados donde había conseguido de la nada una tierra fértil me ordené:
es hora de que bajes al pueblo a ver a la gente.
¿ Y qué rostros veía  en esa gente?
los de canalla de la calle, heredada de siglos y siglos de no tener contacto con la tierra, de haber sido sacados de las relaciones muchos más  naturales de amo y esclavo que se daban en la edad media, para quedar en un estado mucho más lamentable hoy: alienados en las fabricas, el sector de servicios, o directamente por el paro o los servicios sociales.
Hasta llegar al mercado había dejado atrás el rincón de montesinos con todos sus árboles muertos. Desde olivares centenarios, algarrobos, almendros. el mismo mercado que tenían en frente de mi pronto iba a abrir  sus puertas y no iba a tener mercancías locales por estar todas la mejores tierras de cultivo destruidas por la construcción de las casas de los grandes despreciadores de la dignidad humana:
caciques locales, empresarios, banqueros, hombres religiosos, publicistas, jueces, políticos.
El resto que queda de tierras como las mías están  baldías. No hay nadie que tenga interés en ellas porque nadie quieres hoy en día permanecer fiel a la tierra.
La fantasía de trabajos cualificados, los grados, licenciaturas, los FP, o acabar reducido a una Empresa temporal para la campaña de la recogida de la naranjas en condiciones mucho peores que las que tenía un español musulmán en la época  de los califatos, ha hecho de la clase obrera una nueva masa despreciable de humanos. Hasta la propia casta encargada de defender sus intereses: sindicatos, socialistas, trabajadores sociales, filósofos y profetas, acaban sintiendo   por esta gente como la que rodeaba esta mañana un gran desprecio. Muchos de ellos culpan a los  sindicatos por haberles abandonado a la miseria. mencionan al referirse a las siglas del partido socialistas  obrero, esto último, con ironía. Pero la ironía, os digo yo: son ellos.
¿ No se ven ?
Anuncian todos estos obreros, desempleados, sus  grandes quejas a la pobreza.
La lamenta y la lloran.
¿ Y qué piden?
Trabajar aunque sea en la naranja por un salario de esclavitud.
¿ No se les debe proporcionar esto?
así lo que os digo es todo siempre verdad. os cuento como me he encontrado con Fernando que venía está mañana con un capazo nuevo y unas tijeras para cortar naranjas por la calle del estanco con gran alegría.
II.
Hola, me ha dicho tendiendo la mano y sonriendo al verme. hacia tiempo que no le veía tan contento. El motivo era obvio y le he preguntado dándole la mano interesado en su felicidad:
¿  has encontrado trabajo en la naranja, verdad?
SI- me he respondido satisfecho - para la ETT.
Serás pobre y feliz- he querido de una forma amable explicar la actual idiosincrasia de la clase obrera. Él me ha mirado extrañado, algo molesto, sospechando que en mis palabras había alguna malicia oculta, ya que me ha preguntado:
Eh , ¿ qué quieres decir angelillo?
Ved que gente, como interpretan las grandes verdades que les causan dolor.
Nada hermano, nada, recuerda mis palabras cuando empieces a trabajar para al ETT, ya las comprenderas, deben madurar con tu experiencia.
Ahora mira- le he mostrado mi cámara  de fotos y le he enseñado las fotos de la mi huerta como si le enseñara un gran tesoro. AL que la verdad   no le ponía mucho interés,
Eso es Amaranto, le he señalado en la pantalla con el dedo las matas que quería que viera con atención, y le he explicado por que es tan especial ante su rostro de no conocer el amaranto.
-el amaranto fue alimento venerado por los incas, fundamental para su dieta y prohibido por la gracia de los españoles cuando llegaron la nuevo mundo a devastarlo poniéndose por encima de ellos y reduciéndolos prácticamente al mono. tal y como me parece ser el estado en que ahora están ahora los españoles.
Vaya- me ha respondido sin darle mucha importancia al amaranto, ni al estado de la raza pensando seguramente en sus naranjas.
He apretado el botón de cierre y la cámara ha replegado su objetivo poco a poco guardándose y quedando en mi mano que he llevado al bolsillo.
Nos hemos despido.
Él se ha ido con su capazo silbando contento porque va a recoger naranja, yo con el recuerdo feliz contemplado ésta mañana el amaranto y el resto de mi huerta.
!Cuantas cosas bella hay en el mundo!- he exclamado antes de bajar al mercado a ver esa pésima función de la vida.
Es una pena que nos lancemos a la vida en medio de la corriente y la sigamos.
Angelillo de Uixó.

Licencia de Creative Commons
Así escuché hoy a Zaratustra en mi comuna. by Ángel Blasco Giménez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
Creado a partir de la obra en angelillo201.wordpress.com.
Puede hallar permisos más allá de los concedidos con esta licencia en cel-agricultura.blogspot.com/

No hay comentarios:

Publicar un comentario